Por: Ahmed Al-Sheikh
El sueño coquetea conmigo en las noches nostálgicas, no como un descanso deseado, sino como un amante tímido que se cuela en mi corazón sin permiso, llevando en su aliento el fantasma del recuerdo.
Acecha en silencio, como si esperara una oportunidad en una noche inútil, o como si hubiera perdido su destino en los pasillos de la memoria.
Cada vez que cierro los ojos, aparecen rostros que amé, voces que añoré y nostalgias que acolchan mi costado.
Como un poeta que ha perdido su poema, o un viajero que ha sido expulsado por el presente y se aferra a un pasado que no volverá.
No me da paz, pero despierta todas las cosas que quería olvidar.