Por: Ahmed El Sheikh
cuentan ahora su historia cantando e hilando,
y la amistad se basa en la poesía.
Oh poeta,
No te culpo si ves en los horizontes del poema mi vida.
Las palabras corren por mi sangre
como las estrellas por el cielo nocturno.
En cada verso hay una parte de mi alma,
de una existencia atrapada entre el sueño y el recuerdo,
y un sentimiento que respira en el poema.
El poema es la herencia de mis padres,
, el brillo de mi corazón,
y el último aliento que envuelvo con nostalgia. El tiempo sopla sus flautas ambiguas, despertando del olvido las serpientes del engaño para arrastrarse por los pasillos del alma con astuto silencio.
Los márgenes vacíos carcomen la paz del corazón, dejando huecos donde acecha la pereza disfrazada de zorros, acompañados por las arañas de la decepción mientras tejen sus hilos de seda sobre una memoria agujereada.
Cada nota deja una cicatriz, y cada sombra que crea añade una nueva capa de dolor sobre el rostro del pasado.