Por: Ahmed Al Sheikh
No me consideres un extraño después de hoy.
Soy un viento que sopla, no pido permiso para entrar,
tus manos murmuran en mi corazón herido,
frotan con cuidado el laúd del recuerdo,
buscan algo en lo profundo de la noche,
en el momento en que las lágrimas brotan en la puerta del arrepentimiento.
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